viernes, 6 de mayo de 2011

NOTA QUE ENCONTRE EN MI MESILLA DE NOCHE

Sé que sueñas con tambores y cancelerías encendidas, yo soy responsable, he sido el aliento que te ha dejado llegar vivo hasta este punto.
No quise despedirme, te abandone mientras dormía como los amantes, y no sabes cuánto  me va a costar rehacer  el camino del exilio, recorrer el torpe trecho que separa mi existencia  del territorio del olvido, la realidad me quiso atrapar durante una semana, solo escapándome voy a conseguir que me esperes, desierto el corazón de otros anhelos con las lámparas encendidas y la emoción harbada  en el desván  junto a otros restos de las cosas pasadas , comienza otro tiempo necesario, el de necesitarme, el tiempo de las bambalinas congeladas, la parálisis  de los flecos, el reposo de los llamadores y la clausura del esparto, ahora si quieres tendrás  que venir a verme, pregunta por mí  en cualquier esquina de la memoria, y volveré a ser  centro de tus conversaciones vestida de pasado o de futuro.
Te dejo una nota en el corazón, una saeta que trepa por la reja de tu ventana, un vago aroma a incienso antiguo por la habitación, tienes una semilla de recuerdos en tu aparato de radio y un desfase  en las solapas  verdes de estos naranjos que no pudieron recibirme a tiempo, no estoy hecha para lo cotidiano.
Ya me marcho de puntillas  y en silencio, tal y como llegue, espera que no tardo  en volver, un año solo nada menos que un año, ahora tienes que despertarte.
Adiós.
Antonio Cattoni

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